domingo, 16 de octubre de 2011

15-O. Marcha a Sol



Alegría y euforia. Miles de personas, hombres y mujeres, niños y ancianos. 951 ciudades en los cinco continentes. Un único mensaje saliendo de todas las bocas: “necesitamos un cambio global”.
Bajo un radiante sol otoñal, centenares de indignados, pasearon sus pancartas por las calles de Madrid. Se han acabado los gritos sordos, se ha acabado la desidia del sofá, ha llegado el momento de alzar la voz, ha llegado el momento de creer que el cambio es posible.

Durante el recorrido de la marcha, un cartel llamó mi atención por encima de todos los demás, “los derechos se conquistan” rezaba. Quise averiguar quién había detrás de aquel maravilloso lema. Lo que vi, llamó todavía más mi atención. Una chica joven, de no más de veinte años era la ideóloga.
Todo esto viene a lo siguiente. ¿No estamos los jóvenes demasiado acostumbrados a vivir bajo el resguardo de derechos conquistados por otros? ¿Ha llegado el momento de crear nuestra propia herencia?
Seguí este movimiento desde el principio, sobre todo por la energía que desprendía. Ahora lo sigo, porque creo firmemente en él.

Creo que estaremos perdidos si dejamos el poder en manos de gente a quien nada o poco importamos. Estaremos perdidos si nuestra única soberanía consiste en ir a las urnas una vez cada cuatro años. Estaremos muy perdidos si no reivindicamos aquello que consideramos nuestro.

En esta sociedad todo está pensado para que no pensemos. Quien no quiera verlo, está ciego. Sociedad capitalista, globalizada, en la que la mayor preocupación para algunos consiste en el apagón de Blackberry. Mientras que los tengamos entretenidos con la maquinita, todo estará controlado, pensarán.

Sin embargo, esa globalización que tanto aborrecemos algunos, bien mirada, no está tan mal. Esa globalización ha hecho posible, que aquel humilde movimiento del 15M, que nació en las calles de Madrid, ayer se hiciera mayor en la calles de medio mundo. Esas maquinitas que pretenden esclavizarnos, y convertirse en prolongación de nuestras propias manos, han sido una de las principales vías de movilización de ciudadanos. Los que intentan alienarnos, no deberían olvidarse de que el pueblo es inteligente. Es inteligente, pero estaba dormido. Ahora se despereza poco a poco. Despierta. Al menos eso es lo que vi yo ayer en Sol. Que tengan cuidado aquellos que se creen invencibles, solo tienen que darse un paseo por la historia. 

viernes, 7 de octubre de 2011

El triunfo de lo sencillo

La muerte rara vez avisa. Así lo entendía Steve Jobs, que hizo de su frase patentada “Sí vives pensando que hoy vas a morir, probablemente algún día lleves razón”, su religión. El mérito del gurú californiano no residía en su particular inspiración creadora para visionar sistemas operativos que no existían, sino más bien en su modo de estar en el mundo. 

Genio cercano, visionario, Einstein moderno, son algunos de los adjetivos que hemos podido leer y escuchar en todos los medios de comunicación desde que se conociera la noticia de la muerte de Steve Jobs en la madrugada del 6 de Octubre. Sin embargo, y sin despreciar ninguno de ellos, encuentro un nexo común entre todos ellos, y es la sencillez. La sencillez elevada a la máxima potencia. 

En sus creaciones, con los sistemas más intuitivos del mercado, en sus diseños, con las lineas más básicas, en su indumentaria, dejando atrás cualquier protocolo aplicable al gran hombre de negocios. De forma sencilla entendió también su vida, tal vez siempre fue consciente de la lucidez de su mente y de la gran confianza que se profesaba. El fue el que nos enseño que podíamos tener el mundo en nuestras manos, pero que ese mundo hay que saber verlo, y la vida hay que saber vivirla. No sabemos si cumplía con exactitud lo que nos contaba, al menos lo aparentaba, pero ya sabéis lo que se dice de los genios. Como se trata de elegir, yo prefiero quedarme con la figura del hombre moderno, que superó al tiempo que le tocó vivir, trasladándose al futuro, pero esa es sólo mi humilde visión de esta historia con temprano final.


 Jobs solía decir que todos las cosas que se hacen en la vida, son puntos que conectan en el pasado, porque mirando al futuro todo parece absurdo y podemos perdernos. Hoy ya no existe futuro para Steve Jobs, pero si miramos al pasado, todos sus puntos quedaron conectados, el mundo quedó conectado.